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Adentro una estampida, la lluvia de mi raza. Esperando el abrazo estirado de un gusano, una luz de barro. No es igual a la primera vez. A lo lejos están las cataratas y la voz de filigrana, esquivando la repetición. Los pájaros para escuchar el ruido de la panza. Las puertas. Las rodillas.Como trenes en el sol. Afuera está el ombligo de la noche, el camino estirado. La música. El grito amarillo. La manzana en la boca.La pasión y la tormenta. El rezo. El unicornio azul.El ventanal que se hunde agarrado de mí, mujer. Sí, tu cuna de lana.El saco con nubes, desde tus ojos. El remolino de mi suelo, trepando como un gorrión estrellado, tu calma.
Estaba esperandoque te hundierasy me revuelvas por dentrocon una cuchara.Y comamos helado 0 000000 00000 arriba del puente.Y me manches la polera.Estaba esperandoque se haga el inviernoy me hables.Que me pongas un caracol en la orejamientras fumás un cigarrillo.Estaba esperandoque no seamos 00000 000000 0los únicoslapidarios.La contradicción sofocanteentre algunos descuidos.Estaba esperandoel violín de fondo a luz de un relámpagoacodalándonos 000000 000000 en el puente.Con un beso.