jueves, 18 de septiembre de 2008

Eran las noches en la lluvia












Me acostumbré a recordar penas, la oscuridad mojada, los secretos que espían en los papeles nocturnos.

Me acomodé como pude para soltar el invierno, al lado de mi cuerpo.

Y mientras esperaba que la lluvia mojara los vidrios del mediodía, al costado de mi sillón, tomé un frasco de alquitrán y lo desparramé por el suelo hasta que se hizo noche, casualmente en el mismo lugar donde olvidé plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro…





domingo, 3 de agosto de 2008

NARANJA BOREAL (o el beso, segunda parte)



Naranja Boreal, define lo que tiene relación con lo opuesto. Son relaciones de opuestos, que rara vez actúan por causalidad.

Es un estado de ánimo intermedio entre la conciencia y la inconciencia, que se produce inmediatamente antes o después del sueño natural, (creíble o inventado). Decimos antes o después, según tenga mayor o menor peso, su rol en la relación de opuestos.

En definitiva naranja boreal define un atentado, a favor o en contra, de la populachera desdicha que engloba, a veces o casi siempre, la frase : “mi media naranja”.
Sucede en los atardeceres, o en algún que otro amanecer que tenga la facultad, de adquirir tonalidades rojizas o anaranjadas. También, sobre distraídas y despiadadas fotografías del paisaje, que acuñan al sol en primer plano y desenvainan la luna en un equilibrio polar.

Así es entonces como se suceden al mismo tiempo , la primavera y el otoño, que en status de romanticismo se asemejan al atardecer y al amanecer. Y es por ello que ,en ese momento lo opuesto no adquiere relación inversa , porque simplemente no tiene oponente. Nace el problema. Las dos mitades, no siempre cortadas de igual tamaño, se unen. Los labios se hinchan de ardor, por el ácido o la acidez (en el estómago). Y aparece lo que a veces o casi siempre, suele definirse como naranja boreal. Un beso cítrico, caluroso y helado.

Se analizan, entonces, aquellas propiedades jugosas:
Aunque la inventiva del hombre se haya desarrollado en un sinfín de objetos para amar (rosas, corazones, poemas, canciones -en envases plásticos, metálicos, químicos, etc-), ha decidido no perfeccionarse precisamente, en desplegar su talento a favor de aquellas propiedades jugosas. Aquellas propiedades inertes que se patinan sobre los labios. Digo esto, ya que no existen secadores de labios húmedos. Tampoco hay en el mercado cremas para bocas agrietadas, que han estado horas besándose en calculada inmovilidad. Y así, infinidades de ejemplos que no vienen al caso, porque simplemente no existen.

Por ello es que se ha llamado a la naranja boreal, “una populachera desdicha”, en relación a la frase anteriormente mencionada (“mi media naranja“- a la que sólo me animo, ahora, nombrar entre paréntesis). Es que no cabe entre los productores, como algo tal dulce que puede unir a dos personas, sea capaz de oponer sus labios…

lunes, 7 de julio de 2008

EL TIEMPO EN QUE ANDAMOS

Emiliano descubre que las personas con las cuales tiene contacto se transforman, repitiendo etrnamente la acción que estaban llevando a cabo en ese momento.

Deberá retroceder en el tiempo y tal vez hacer pie en el vacío.

Emiliano descubre que el recuerdo es sólo un poco de eternidad...

(Un trailer para compartir...)

En pedazos, esta vez... El tiempo...

miércoles, 2 de julio de 2008

Y AHORA, AL LLANTO...


Parece no molestarle a la cara, todas esas sacudidas que torturan los gestos. Arrugas y forcejeos. Rojos. Apretados. Mientras uno camina dando pasos de una nota de humo, simplemente porque no se ve.
El orden en que se acumulan las gotas es preciso y calculado. No basta con estirar la mano en cámara lenta sobre un rostro pesado y gomoso.
Contracciones repentinas e inesperadas en el labio esperan la primera gota. Salada. Redonda. Ambulante.
La humedad no perdona sacudidas y se estremece geométricamente, esperando más bronca.
El llanto es una luna cerca. La felicidad trasera, justo ahora.

miércoles, 25 de junio de 2008

DE ESTOS POLVOS: LA LOCURA (llevándola a todas partes)




Una sonrisa se guarda en tu cuerpo, como un alivio, como etiquetas. A ver como abris tu boca, y me mostrás tus oscuridades. Será fácil, unos centímetros a la derecha de tu mano están los pájaros comiéndote la cabeza. Yo también le doy de comer a ellos. Mirá cómo vuelan. Algunos están desplumados, pero no te preocupes, si te reís podes abrazarlos. Es un coro a dos veces por segundo, o más si sentís que el tiempo vuela.

Será fácil escuchar la letra, no tiene forma de rosa, excepto por las espinas. Tiene que ver con el aliento. Los pájaros están agitados, aletean en la luna.

Ahora vuelta atrás. La voz se retuerce por inflarse en los cachetes. Con tal de llenarse de agua, balbucea variando ritmos en la memoria de ganso. Otros se ríen, y se le escapan estornudos. Vos pensás: perdedores! y seguís saltando como trompeta afinada. La gente te mira como si estuvieras loco.


Seguís así un par de días. Armás tu propia banda. Pero al tiempo, los miembros se separan. Y dormís, demasiado por algo que no debería preocuparte. Llueve pero no podés levantarte para ir a mojarte, cantar bajo la lluvia, y acordarte de esa película que tanto te gusta. Tu cuerpo es una mala traducción. Egoísta. Incompleto. Los integrantes no logran recomponerse. Apenas entreabrís un ojo, que hace una lista de todo lo que te falta, la gente te mira con lástima. Estás en problemas. Emigrás. Sos una música dramática.
La vida está cielo adentro y es como la tormenta. Será mejor tocar el arpa por algunas monedas, sentirte muerto.

jueves, 12 de junio de 2008

PRELUDIO AL BESO



Qué sensación rara pausar la mirada imitando a la eternidad, con tanta saliva.
Apurando. Hirviendo. Estupendo. Escalofriante. Jazz en la boca con azúcar impalpable. Y pensar, que la vuelta de una coreográfica tumba carnera de la lengua, encontrará el momento preciso para retroceder y volver. La lengua se acomoda con soltura. El amor está hundido como un carmesí silencioso que escupe copos de nieve. El sol se retuerce adentro, con un beso de helado.

sábado, 7 de junio de 2008

CAMA




Se vomita ayuno.
A la noche.
Una mano acaricia arcadas.
La otra intenta abrazar.



miércoles, 16 de abril de 2008

PRECAUCIONES


Atención: mensaje sublime

Las palabras que trazaron líneas en mi alma
ooooooooooooooooooooooo son oscuras y están en el fondo.


Atención: a los códigos

No siempre subo escaleras
ooooooooooooooooooooooooooooo ni bajo escalones
ooooooooooooooa
oooooooooooooov
ooooooooooooooe
ooooooooooooooc
ooooooooooooooe
oooooooooooooos
ooooooooooooooe
oooooooooooooos
ooooooooooooooo
ooooooooooooooy
oooooooooooooop
ooooooooooooooa
oooooooooooooor
ooooooooooooooa
ooooooooooooo d
ooooooooooooooa
o
ooooooooooooo

Atención: hay lugares
y también ooooooooooooooespacios
oooooooooooooo

Atención: el mundo se infla

la cigueña se equivocó de bolsa
oooooooooooooooooooooooooooooooo conmigo

jueves, 7 de febrero de 2008

DEL SUR

(a Chis y al G8 con cariño)




Tristeza armónica.
Detalles que alivianan apurando el silencio.
Nostalgia que me quiero acordar
oooooooooooooooooooooooooooQue me quiero llevar.

Codiciando montaña cielo adentro,
mi voz desafina el grito del agua.

Y ahora soy
ooooooooooola mia
ooooooooooooooooque me quiero
oooooooooooooooooooooooooooencontrar...




(registro fotográfico de aesthesis: ESPEJO CHICO 2008)

viernes, 4 de enero de 2008

Ellas




Cuando preguntaron mi nombre, ya estaba entrenada. Hacía tiempo comenzaba a sentirme desprevenidamente más cautelosa, cuidadosa sería mejor. Subí los escalones precisos, mientras me acordaba de escalera al cielo. Sonreí y pensé: no es un sueño. Vi que ella se acercaba. Esa chica con los ojos caleidoscopios, es parecida a mi, chica es una forma de decir. Extraña coincidencia. Extraño "deja vú".No es lo que suele llamarse dimensiones, ni siquiera el ahogo meláncolico con el que la veía llorar, porque al fin y al cabo, nada teníamos en común. Pero algo había de casual en ese preciso espacio que sin ir más lejos, nos encontraba. Los ojos caleidoscopios no eran por su risa. La tristeza tampoco - tus pasados tal vez se parezcan a los míos - le dije. Ella levantó sus hombros como ultrajando la confianza de un desconocido. Yo evité acercarme con brusquedad, entonces le dije, la melodía que te enseñó a cantar y a despreciar mi palabra no es, sino la misma que te llevará a preguntarme mi nombre después de todo... Hacía tanto calor, que supongo, la inhibía un poco. Mi nombre es cómo. Entonces y con pausas suspensivas le dejé mi intriga, así por lo menos yo no era la única.Frente a nosotras pasaron personas de sobretodo gris, médicos con guardapolvos ilustres, una suerte de malabarista, que pronto encajó en el entorno. Nada parecía incómodo, mientras yo le seguía poniendo la vista fija, y ella seguía rechazándola con el desprecio que se le tiene al dogma.
De todos modos la manera en que sudaban mis manos y esperaba una palabra suya, no es algo que interese demasiado.
Llegó la noche y sin resabios aún seguíamos en la misma posición. Ya no formaba parte de algo causal y yo lo detectaba muy bien.
De repente, se acercó cautelosamente como un león enjaulado tratando de escapar. De su boca salía una especie de espuma, o más bien baba concentrada por falta de líquido –habían pasado varias horas sin beber siquiera un vaso de agua-.Trataba de balbucear, pero ni siquiera eso podía. En mi indeferencia y resentimiento, no intenté darle una limosna de tranquilidad.
El espacio se calaba entre las tensiones que disparaban nuestros cuerpos y de repente me dijo –Te vas de viaje ahora, ¿no?, o te ibas…. Con aires de resignación pura le dije –Cómo verás pretendía irme, pero me has irritado tanto que me paralicé intentando rescatar una porción de palabra. Sólo eso te pedía.
Otra vez la sala quedó vacía de ruidos. Ella rió aliviada. Yo me fui algo excitada y a la vez más relajada, similar al momento en que uno acaba de dispararle la furia a su propio enojo. No intenté saludarla, ni preguntarle por qué sabía que yo viajaría.
Llegué a mi casa, la cual no vale la pena describir debido a su carencia, de la que dadas mis condiciones no me quejo. Tomé el pasaje aéreo: Vuelo de un solo sentido. Destino Moscú. Fecha de ida 9 de marzo de 2005. Hora de salida 15.30 hs. (Datos importantes). Lo tiré a la basura y yo me alcé agotada en mi cama.
Desperté al otro día, si haber tenido sueños horrorosos como los que sabía tener de vez en cuando, desde la misma posición con la que me había acostado logré atrapar el control remoto y encender el canal donde hay noticias. Tan pronto me incliné para escuchar con atención descubrí que hablaban de un vuelo, vaya uno a entender el tema de las coincidencias, pensar ayer yo hubiera volado de no ser por ella. El accidente del Il-86, propiedad de Púlkovo Airlines con destino a Moscú, se produjo a las 19.25 de ayer, aparentemente por "pérdida de potencia de los motores", según informó el director del aeropuerto moscovita, Vadim Shanzhárov. Eso me dijo el televisor, pero tan pronto se agotó esa frase llegó la peor. No hay sobrevivientes. En ese momento me entregué conjuntamente al silencio que rebotaba en mi cabeza y pedía cautela. Mi cuerpo le respondió con antelación estupefacto.
Apagué el televisor y llegué a la sala, a las escaleras, a la mujer con ojos caleidoscopios, sin siquiera saber por qué fui y cómo o en qué llegué a ese lugar.
Ella me esperaba, y tan pronto logré recuperar mi visión que se había alterado por la nubosidad de las casualidades que dejan a uno parapléjico, reconocí que se trataba de mí. Ella se trataba de mi, y yo de ella. Éramos sobrevivientes del mismo cuerpo. Se había aferrado de mi vejez cómo nadie puede imaginarse y caminó estrechando sus manos. Yo sentía calor en las mías también. Se acercó desconcertada. Estaba muy cerca, la sentía en mí. Me abrazó gris, es decir, con olor a vieja. Con mi olor descompuesto por los años y el maltrato. Cuidate que me va a hacer bien- me dijo. Y yo, ¿Cómo querían que reaccionara?, le dije andate vieja maloliente, desagradable, inmunda de vieja!. La solté y me fui corriendo como un niño yendo a comprar helados.
Durante días me arrepentí de haber ido.
Al poco tiempo le escribí, le pedí disculpas y le hice entender que mi reacción era porque faltaba tiempo. Tiempo de encontrármela. Ella no me contestó, supongo entendió mi petición
.

No escuchará con auriculares lo que simulaba ayer

No escuchará con auriculares lo que simulaba ayer
:-Decí que todo va y vuelve (Si estás harto de escuchar, mirá. Hacé click en la oreja)